El Santuario de Cuicuno se edificó en el siglo XVI en un paraje que cedió la familia Rovayo para tal efecto.
El Santuario de Cuicuno se encuentra ubicado a 13 kilómetros del cantón Saquisilí.
• La única colina que sobresale en su relieve y constituye un hermoso mirador es en la parroquia eclesiástica de Cuicuno, Dispone de un hermoso Santuario donde se venera al "Señor del Árbol" o "Señor de Cuicuno". La "Casa del Peregrino" que alberga a miles de turistas y fieles que asisten a las fiestas patronales.
• La revitalización artesanal de Cuicuno y Tilipulo De todos los elementos existentes en estas comunidades andinas, hay algo que no deja de sorprender: la persistencia profunda de la tradición por sobre el transcurrir del tiempo y de los hechos. Los tejedores de Cuicuno han dicho, por ejemplo, si estas prácticas artesanales se han conservado por quinientos años y más, tranquilamente podrían subsistir otro medio milenio sin modernizar el sistema productivo.
En torno a la devoción del Señor de Cuicuno o Señor del Árbol, que data de alrededor del año 1640, se han tejido leyendas que se han fortalecido en la gente del lugar por medio de la tradición oral de generación en generación.
Cuentan los ancianos que la loma de Cuicuno, en los dos primeros siglos de la colonia, era solamente un pajonal. Aquí llego a tener una propiedad de dos caballerías un comerciante originario de Guápulo, cuyo nombre era Domingo Barahona, casado con Feliciana Bilbao.
El precio de la propiedad era de dos pesos y medio. Una vez adquirida, el propietario se radicó en este lugar; construyó su choza de vivienda con el anhelo de convertirla en fructífera estancia. El pajonal que había comprado carecía en absoluto de árboles; pero en las faldas de los Ilinizas había hermosos bosques de quishuar. Allá viajo Domingo para conseguir unas plantas de este árbol, que luego las sembró en su propiedad.
De su siembra, unos murieron; pero algunos crecieron frondosos, cambiando el panorama de su estancia. Con estos árboles tenia leña en abundancia para los menesteres de la cocina. Cuando casi ya había talado todos, muy cerca de la casa le quedo el más corpulento y frondoso, que conservo a propósito. Junto a los cultivos y a la sombra del quishuar tenía un hermoso rebaño de ovejas para el sustento de su familia.
Un día constato sorprendido que algunas de sus ovejas habían desaparecido del redil. De inmediato pensó que su propiedad estaba fichada por ladrones. Como el quishuar reservado era corpulento y frondoso, pensó que servía de escondite para los ladrones y resolvió derribarlo, muy a pesar suyo.
Una tarde un hombre desconocido le saludo en su casa y desapareció enseguida. Domingo se dijo a sí mismo: "ese debe ser el ladrón". Salió para perseguirlo, pero no lo encontró. A su retorno resolvió definitivamente derribar el quishuar. Cuando de un hachazo desgajo una de sus más gruesas ramas que crecía a poca altura del suelo, entre admiración y espanto vio que de la herida salía sangre.
Ante esta visión Domingo quedó estupefacto y corrió a Saquisilí para avisar al sacerdote misionero. El misionero vino al lugar y, luego de constatar lo que había aseverado Domingo, ordenó mantener el árbol durante algún tiempo más. A lo largo de algunos meses fue asomando poco a poco la imagen de Señor.
El Santuario de Cuicuno se edificó en el siglo XVI en un paraje que cedió la familia Rovayo para tal efecto.
Fotografía
Duración sugerida: < 1 hora
Dirección: Vía Guaytacama Toacazo, Saquisilí, - Latacunga
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