La Reserva Ecológica los Ilinizas, posee atractivos de gran belleza e importancia, gracias a su potencial cultural y natural como: laguna Quilotoa, Nevados los Ilinizas y termas.
La temperatura es de 0 °C en la zona alta y alcanza un máximo de 24 °C en la zona baja.
Entre las especies vegetales existen: cedro, nogal, laurel de cera, aliso, jiguas, palmas de ramos, higuerón, sangre de gallina, sangre de drago, pambil, suro, achupalla, el canelo, matapalo, arrayán, moral bobo, chinchín, sacha chocho, romerillo, malva, coquito de montaña, guarumo plateado, guantug, lechero, suro, chilca, floripondio, cascarilla, colca, chilca, zapatito, capulí de monte, nogal, guabas, helecho gigante, pumamaqui, romerillos, entre otros.
Además, se puede observar líquenes, epifitas, helechos, bromelias y orquídeas las cuales son numerosas en especies e individuos. Los árboles se caracterizan por estar cargados de musgos y el dosel está entre 20 a 25 m.
La reserva cuenta con 44 especies de mamíferos, 47 de anfibios y reptiles, 257 especies de aves.
La reserva está dividida en cuatro secciones y es posible que la haya visitado sin darse cuenta.
Son las mayores elevaciones en la Reserva, el pico norte (5116 msnm) es menos elevado y fácil de escalar, mientras que el Iliniza Sur (5305 msnm) puede considerarse un serio desafío, aún para andinistas experimentados. Nieve y hielo exigen de una técnica depurada para el ascenso.
Este sitio constituye un mirador natural que, entre los meses de junio y septiembre, permite una vista panorámica majestuosa de los bosques subtropicales, hacia el occidente, y de la Cordillera de los Andes hacia el Este. Durante el verano es posible continuar por el camino carrozable y atravesar la Reserva hasta Sigchos.
A pocos minutos de la Reserva, se realizan las ferias de Pujilí y Saquisilí donde se pueden adquirir artesanías y tejidos típicos de las etnias allí asentadas, actividades que contribuyen significativamente a la afluencia turística y en gran medida sustentan económicamente a las comunidades del sector.
Por su ubicación y fácil acceso, constituye un atractivo sin igual, entre los meses de junio y septiembre ofrece una extraordinaria vista panorámica de los bosques subtropicales.
Es llamado así porque parece un corazón clavado en la cordillera. Posee 4788 m. Hay un sinnúmero de pinturas y dibujos de los siglos XVIII y XIX que lo muestran nevado, pero hoy se cubre de nieve únicamente en días y noches de intenso frío. Subir al Corazón es relativamente fácil y los andinistas experimentados lo utilizan como montaña de aclimatación, antes de escalar las cumbres más altas de nevados como el Cotopaxi, el Cayambe o el Chimborazo.
Notable por el color verde esmeralda de sus aguas y porque se encuentra dentro de la caldera del volcán Quilotoa. Tiene 250 metros de profundidad y su agua es helada, pero tiene ligeras corrientes de agua caliente debido a la actividad volcánica. Desde el borde de la caldera parte un sendero que llega hasta la orilla de la laguna. Los minerales que le dan el color verde y los gases volcánicos impiden que vivan peces o anfibios en la laguna, o que aves acuáticas la visiten; por supuesto, hacen que el agua no sea buena para beber. La última erupción del Quilotoa fue en el siglo XVIII.
Tiene una longitud de 4 kilómetros y atraviesa un bosque de árboles de papel, miradores naturales y hermosos paisajes. Es de di!cultad media y termina en el sector de La Arista.
Son dos atractivos formados por aguas hipotermales, donde puedes bañarte en aguas termales y disfrutar de una panorámica de los volcanes de la zona.
Vestimenta: ropa abrigada, poncho de aguas o chompa impermeable en caso de lluvia o garúa. Calzado apropiado, tipo botines de media caña en caso de caminatas medianas o largas.
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Distancias:
55.0 km S de Quito
Rutas turísticas