Calacalí, parroquia rural cerca de Quito, destaca por su clima templado, monumento ecuatorial, iglesia colonial y paisajes andinos, siendo un punto clave hacia el noroccidente de Pichincha.
Calacalí se encuentra a unos 30 kilómetros al noroeste de Quito, en la vía que conecta la capital ecuatoriana con la región de la Mitad del Mundo y otras zonas del noroccidente de Pichincha.
Es un punto de paso importante hacia destinos como la Mitad del Mundo, Mindo y la Costa ecuatoriana.
El clima de Calacalí es templado-seco, con temperaturas que oscilan entre los 12°C y 20°C, dependiendo de la época del año.
Su entorno es ideal para quienes disfrutan de la naturaleza, ya que está rodeada de colinas y paisajes típicos de la región interandina.
La parroquia mantiene una economía basada en la agricultura y comercio local, con un creciente interés en actividades turísticas.
En este lugar se levantó el primer monumento a la Mitad del Mundo, en 1936, para conmemorar los 200 años de la llegada de la Misión Geodésica Francesa, a la Real Audiencia de Quito.
Era 1936 cuando se conmemoraban 200 años del trabajo de la misión geodésica francesa (que vino a hacer mediciones para comprobar la forma de la tierra), el geógrafo ecuatoriano Luis Tufiño tuvo la iniciativa de proyectar el paso de la línea ecuatorial.
Con la ayuda del Comité Franco Americano, erige el monumento en San Antonio de Pichincha, a 10 kilómetros de Quito. La finalidad era resaltar la ubicación exacta de la línea que divide al planeta y el rol de la misión que en el siglo XVIII ubicó el lugar aproximado por el cual pasa.
Unos años después, en 1979, el monumento, de 10 metros de altura, fue trasladado a Calacalí, siete kilómetros al occidente, por donde también atraviesa la línea ecuatorial. La razón: se empezó a construir una réplica, de mayores dimensiones, para ubicarla en la que ahora es la ciudad Mitad del Mundo, y convertirla en un destino turístico. Fueron los propios pobladores los que llevaron al monumento hacia su parroquia.
El templo original fue construido en 1814, pero se destruyó́ en el terremoto de 1868. El estilo arquitectónico es neoclásico y contiene obras artísticas como el Cristo del Altar Mayor, atribuido al escultor Manuel Chili, “Caspicara”, de la Escuela Quiteña.
Este sitio fue inaugurado en la década de los cincuenta. Alberga a la pileta original de la plaza de San Francisco de Quito, elaborada y tallada en piedra, durante la Colonia.
La pileta de origen colonial anteriormente ubicada en la Plaza de San Francisco de Quito, en 1912 fue trasladada a su ubicación en el centro del Parque Sucre. Se dice que “fue traída a lomo de caballo desde la plaza de San Francisco de Quito”. La decisión fue tomada, una vez que alrededor de la pileta en Quito, se había formado un lodazal que atentaba contra la provisión de agua de la ciudad.
Doña Carlota Jaramillo, la “Reina de la Canción Nacional”, cuenta ahora con un espacio en el cual se puede trasladar a esa época de romanticismo y sencillez donde transcurrió su vida, cuadros, imágenes, fotos, trajes, recuerdos invitan a formar parte de la cotidianidad de esta gran mujer.
Junto a sus discos y su música, se podrá compartir una de las más hermosas historias de amor trasportada por “Sendas Distintas” o “Si tú me olvidas”, sentimientos que se ubicaron en lo más profundo del corazón de su pueblo que con lágrimas, aplausos y ovaciones la inmortalizaron. En una de las habitaciones está recreado su dormitorio. Allí se puede ver una guitarra y hasta faldas, blusas, chales, peineta que ella usaba.
Su extensión de 3.383 hectáreas abarca la caldera del volcán Pululahua. Este cráter es uno de los dos en el mundo que se encuentran habitados.
Este museo ofrece tres espacios con muestras de arqueología y antropología; obras de Cristóbal Ortega, artista plástico y fundador del museo; y muestras temporales de varios creadores. Los fines de semana, hay espectáculos de danza y música.
Ubicado cerca de Calacalí, es un proyecto ecológico dedicado a la conservación y el turismo sostenible. Ofrece actividades como senderismo, avistamiento de aves y talleres de meditación y bienestar, en un entorno que conecta a los visitantes con la naturaleza andina. Rodeado de paisajes montañosos y biodiversidad, es ideal para quienes buscan tranquilidad y prácticas de ecoturismo responsable.
Calacalí cuenta con vistas impresionantes hacia las montañas y paisajes del noroccidente de Quito.
Hornado, cuy, caldo de gallina, fritada, caldo de pata, tortillas con caucara, tostado.
Chicha, revólver (puntas – aguardiente).
Espumilla.
En el sector de Rayocucho se realiza una procesión hacia la capilla del pueblo, una danza liderada por los aruchicos y castillos de fuegos artificiales.
Esta fiesta se traduce en una procesión por toda la comunidad, con la participación de danzantes vestidos de aruchicos, payasos, diablos con máscaras y otros personajes.
Ropa medianamente abrigada, calzado adecuado para caminatas gorra y protector solar.
La parroquia de Calacalí fue una zona prehispánica de gran importancia para la región, especialmente por la presencia del pueblo yumbo (entre 800 D.C. y 1600 D.C.), el cual dominó una amplia extensión de territorio al noroccidente de lo que actualmente constituye el Distrito Metropolitano de Quito. Durante la época de la Colonia, en esta zona funcionó un ingenio azucarero y todavía se encuentran trapiches abandonados en algunos de los sectores que conforman esta parroquia.
Revisado y redactado por: Cesy Gómez editor de ViajandoX | 24 de enero del 2025
Fotografía | Aviturismo | Natación | Comprar souvenirs | Camping | Cabalgata | Ecoturismo | Ciclismo | Caminata | Degustar platos típicos
Duración sugerida: < 1 hora
Dirección: 17 km al norte de Quito., Noroccidente - Quito
Rutas turísticas