La cerámica de Jatumpamba se caracteriza por la elaboración de piezas cerámicas empleando la técnica artesanal de los "golpeadores o huactanas" de barro coc
La cerámica de Jatumpamba se caracteriza por la elaboración de piezas cerámicas empleando la técnica artesanal de los "golpeadores o huactanas" de barro cocido. Esta técnica fue empleada por los Cañaris mucho antes que los Incas ocupasen estos territorios, evidencias de ellos son los "golpeadores" encontradas en contextos arqueológicos de cerámica Cañari en las provincias de Cañar y Azuay.
En la actualidad, esta técnica aborigen se sigue empleando en una amplia zona que va desde el sur de la provincia de Cañar (Jatumpamba, Shorshán, Olleros), pasando por el Azuay (Ludo, Pucará, las Naves), hasta el norte de la provincia de Loja (Saraguro y Cera).
Lugares de Venta
La comercialización de la cerámica de Jatumpamba, se realiza en los mercados de Azogues, Cuenca y Paute y otras plazas menores. Las ollas viajan empacadas en un "linche" que es una red de sogas de cabuya, protegidas con un poco de "llashipa".
Materiales Utilizados
La materia principal para le elaboración de las vasijas de barro es la arcilla que se saca con picos y palas de la mina comunitaria que hay en la plaza de Jatumpamba, junto a la iglesia.
Como desgrasante se utiliza la arena que es traída de minas más lejanas, ubicadas en el cerro de Tiuloma. Otro material necesario para la elaboración de las vasijas es una tierra pastosa de color rojo, que traen de un cerro cercano a la población llamada Huandud; esta tierra se llama "quina" y sirve para dar el acabado final a las vasijas.
Técnicas de Elaboración
La arcilla seca se parte en terrones pequeños y después de convertirla en polvo se la remoja en una tinaja vieja u otro recipiente durante ocho días. El próximo paso consiste en pisar la tierra remojada, mezclada con arena, en partes iguales, hasta obtener la consistencia necesaria para formar las "bolas" de diferentes tamaños, según la clase de objeto que se vaya elaborar.
Modelado
La formación de la vasija empieza con la colocación de la bola de arcilla sobre una olla vieja invertida, que se instala en el corredor o en el portal de la casa.
Como no conocen el torno, las ceramistas van girando alrededor de la obra, estirando el barro hacia arriba con las manos humedecidas, hasta obtener la profundidad y el tamaño deseado del recipiente.
Con un pedazo de "cuero de zapato" bien remojado doblan el borde hacia afuera para formar la boca de la vasija y hacen unas pequeñas incisiones en la parte inferior del borde, como única decoración.
Golpeado
Después de poner las vasijas al sol para que se "oreen", forman la barriga con los golpeadores, que son dos grandes martillos de la misma arcilla, el uno convexo que se maneja por dentro de la vasija y el otro cóncavo o plano que sirve para los contragolpes por fuera. Los mismos golpeadores sirven también para alisar la superficie por dentro y fuera, después que las paredes han quedado del grosor deseado.
Engobado
Una vez alisadas las vasijas se secan a la sombra durante tres o cuatro meses y cuando han adoptado el color gris claro, se pueden sacar al sol sin temor a que se rajen. Luego con arcilla de color rojo mezclada con agua llamada "quina" son embadurnadas en sus planos más visibles, con un trapo o con los dedos.
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