Gruta del Socavón, es una cueva por donde sale un caudal de agua, más o menos de 2 m de alto por 3 m de ancho, dentro de la gruta está la virgen de Monserrat
Esta gruta antiguamente fue un sitio sagrado indígena. La población urbana venera hasta hoy la imagen de la Virgen de Monserrate que han colocado en el interior de aguas cristalinas donde los fieles y romeriantes acuden para rogar sus favores.
Es una gruta de irresistible hechizo, engalanada con preciosos collares líquidos que titilan entre cornisas y molduras semejantes al corintio griego.
Está ubicada en la parte oriental de la ciudad de Otavalo en el tradicional Barrio La Florida, portal entrada al barrio Monserrate, cerca de la piscina Neptuno.
Gruta del Socavón, es una cueva por donde sale un caudal de agua, más o menos de 2 m de alto por 3 m de ancho, dentro de la gruta está la Virgen de Monserrate.
• Arquitectura: El Socavón es una gruta de irresistible hechizo, engalanada con preciosos collares líquidos que titilan entre cornisas y molduras semejantes al corintio griego enlazando la pétrea comba de cantos con apariencias azulejos de perfecto ajuste arquitectónico, con el ondulante y tierno estremecimiento de la fuente. Cada piedra de esta gruta es un farol de donde emana el agua límpida como una alegoría de cristales. En medio de esta prodigiosa naturaleza se asienta la virgen de Montserrat considerada como la patrona de Otavalo, se le rinde homenaje con la celebración de la misa al inicio de las fiestas del Yamor.
• La Cruz del Socavón: Al entorno de la Gruta del Socavón, se suma la Cruz del mismo nombre, ubicada en el mirador del sector oriental de Otavalo, al que se tiene acceso a través de una escalinata y desde donde se puede contemplar toda la ciudad de Otavalo.
• La Piscinas Neptuno: Se encuentra junto a la Gruta del Socavón en las calles Guayaquil y Juan de Dios Morales Barrio la Florida, aquí surgió la idea de cruzarse nadando a la laguna de San Pablo. Fue un domingo 8 de septiembre de 1940 que dio luz verde a una historia de esfuerzo y pudor.
• El Barrio Monserrat, la veneración a la Santísima Madre de Jesús con la advocación de virgen de Monserrat es una devoción que en Otavalo viene realizándose desde hace muchísimos años y que, con algunas variaciones, hoy se conoce como la fiesta del Yamor, festividad que en el aspecto religioso tiene una indudable raíz mestiza. La referencia más antigua indica el 28 de abril de 1865.
Al entorno de la Gruta del Socavón, se suma la Cruz del mismo nombre, ubicada en el mirador del sector oriental de Otavalo al que se tiene acceso a través de una escalinata y desde donde se puede contemplar toda la ciudad de Otavalo.
Fecha de Creación: La iniciativa se lleva adelante así desde 1955, por el comité Pro-Gruta del Socavón, en el año 1961 se colocó la réplica de la imagen de la virgen de Monserrat. Patrona de la ciudad ejecutada en san Antonio de Ibarra por el artista Gonzalo Montesdeoca.
Antiguamente fue un sitio sagrado indígena. La población urbana venera hasta hoy la imagen de la Virgen de Monserrate que han colocado en su interior de aguas cristalinas donde los fieles y romeriantes acuden para arrojar monedas y rogar sus favores.
De acuerdo a datos existentes en textos redactados por otavaleños se dice que la aparición del Socavón está ligada a la religiosidad, pues primero apareció la imagen de la Virgen de Monserrat. En 1948 se realizó la erección de un Santuario a la Virgen de Monserrat en la Gruta del Socavón y con ello arrancaron las actividades para mantener este lugar.
De este modo, en 1955 el Comité pro defensa de la Gruta del Socavón apareció y tomó a su cargo la programación de las festividades septembrinas del Yamor y con los fondos recaudados inició la construcción de arcos, altar, plataforma, puertas y un cerramiento. Al momento, el lugar cuenta con todas las seguridades, pero a mediados del siglo XX la gruta estaba abierta.
Otavalo era una comarca azul, monte azul, lago azul. El gran rey de esta hermosa parcela se llamaba taita Imbabura. Todos los problemas los resolvía sabiamente. Más que rey era el padre bueno y cariñoso de su reino y de su pueblo.
Taita Imbabura tenía una hermosa y amada esposa, dulce y bella, en ella en sus aguas cristalinas, se refleja diariamente. Un día acudió a taita Imbabura una hermosa doncella llamada Pacarina, tenía quince años y era como flor en capullo; por su color.
Fotografía
¿Conoces este lugar?
Ayuda a otros viajeros a descubrir y difrutar con tu experiencia
0,0
0 opiniones
Información in situ
Infraestructura
Limpieza
Seguridad
¡Suscríbete para recibir noticias sobre turismo y ofertas exclusivas!
Servicios
Ecuador
Colombia
Perú