Conocidos también como caras es una antigua cultura que habitó la sierra norte del actual Ecuador, de la cual sus descendientes ahora se asientan en Imbabura.
Kichwa y Castellano (segunda lengua).
Su población es aproximadamente de 6360 habitantes.
Los Caranqui están ubicados en la Sierra Norte, provincia de Imbabura, en los siguientes cantones: Ibarra, en las parroquias La Esperanza, Angochahua, Caranqui y San Antonio; Antonio Ante, parroquia Andrade Marín; Otavalo, parroquia San Juan de Ilumán; y Pimampiro, parroquias Mariano Acosta y San Francisco de Sigsipamba.
La máxima autoridad del pueblo Caranqui era el cacique o curaca, quien disfrutaba de muchos privilegios. Un detalle de distinción para estos personajes, fue el uso de un banquillo.
Los hombres se encargaban de los tejidos, mientras que las mujeres se preocupaban de la labranza de las tierras.
Dependen de las actividades agrícolas. Además, se puede mencionar que en un menor porcentaje la comercialización de bordados.
La vivienda se construía con paredes hechas de bahareque o mediante tapiales y techo de paja, eran casas pequeñas. Sus casas comunales eran grandes, en ellas se reunían para celebrar sus fiestas.
Últimamente se construyen viviendas de bloque y ladrillo.
El pueblo Caranqui se alimentó de productos que cultivaron, como: papas, fréjoles, maíz, hortalizas y frutas de la zona y como bebida la chicha de jora.
Las proteínas las obtuvieron de la carne de animales que cazaban como, pájaros, danta y venado. Además de animales domésticos como la llama, el cuy, el pato.
La colada de mazamorra o colada de maíz, en ciertos casos agregados churos o papas. La chicha de jora, que es de maíz, dejando fermentar durante 30 días aproximadamente.
En cuanto a su vestuario, utilizaron ropas tejidas, con diseños iguales a los que hoy en día todavía usan los indígenas de esta región.
En la mujer con blusa bordados los cuales impreso dibujos bordados de planta y aves. La pollera confeccionada de tela indulana, La chalina confeccionado de algodón o lana de borrego, en sus pies llevan alpargatas de caucho y alpargatas de tipo Otavalo, poseen sombreros, fajas de 3 metros de longitud y 10 centímetros de ancho esto tejido en telares.
Una costumbre del pueblo Caranqui fue la de deformarse en forma artificial el cráneo.
Adoraban a las grandes elevaciones como el Cayambe, Cotacachi, Saraurco, Pichincha e Imbabura. Les ofrecían sacrificios entregándoles maíz blanco, chicha y coca, que lo enterraban y derramaban al pie de la montaña.
Practicaron la medicina natural. Tuvieron gran conocimiento de la utilidad de diversas plantas medicinales. Dentro de sus cultivos estuvo la coca, que la utilizaron como estimulante en sus rituales.
En lo que se refiere a sus trabajos en cerámica no fue de lo mejor en diseño, forma y decoración. No se poseen gran maestría en su elaboración, esta característica en la alfarería se dio en casi todas las culturas de la Sierra, en el período de Integración.
Estas culturas conformaron gremios de mercaderes conocidos como mindalaes. Ellos se encargaban del comercio en sitios específicos, en las plazas. Estas relaciones comerciales las realizaron muy especialmente con la cultura Tolita, en la región de la Costa.
El señorío Caranqui, además de establecer relaciones comerciales con otras regiones, estableció nexos políticos, familiares y sociales. Militarmente realizaron alianzas con los Otavalos, Cayambes y Cochasquíes, conformando una gran confederación que se extendió desde el río Chota hasta Guayllabamba; de esta manera enfrentaron a los invasores incas. Para las batallas, se armaron de estólicas, hondas, rompecabezas en forma de estrellas, lanzas, hachas de cobre y de piedra, armamento que ellos mismos elaboraban.
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