Dirección
La Catedral de tena se encuentra ubicada en el centro de la ciudad, en la intersección de la avenida Juan Montalvo y Juan León Mera.
Área
La iglesia mide 48 m de largo y 18 m de ancho y 12 m de altura.
Mitos, historias y leyendas
Para completar la obra, anexo a la catedral, se construyó un local amplio para las instituciones parroquiales y el despacho del cura, con el fin de brindar a la población, diversiones sanas, películas instructivas y recreativas, contiguo a estos edificios, se construyó también el teatro parroquial, donde se pueden exhibir películas de 35 mm. Y en cinemascope, como en cualquier cine de la capital.
La catedral y los numerosos edificios adyacentes forman una verdadera ciudadela que, además de ser un ornato para la ciudad de Tena, le presten imponderables beneficios de orden cultural, sanitario y sobre todo, espiritual.
El Santo Padre Juan III, informado por Mons. Spiller de la nueva Catedral, obsequió un juego completo de ornamentos sagrados muy preciosos; y el Eminentísimo Prefecto de Propaganda, Pedro Gregorio XV Card. Agagianian, un cáliz de plata dorado. La Iglesia está dotada también de un órgano electrónico, donación de los católicos de la Arquidiócesis de Santa
Fe y, sobre todo, de los de Alburquerque, New México, USA.
El decorado del altar se debe a las manos hábiles y gusto artístico de muy recordado P. César Bertlglio. Al mismo Padre corresponde también la pintura de la estatua de San José, Patrono titular de la Catedral.
No había recurso de ninguna clase, a excepción de unos “centavitos” que el Provicario, P. Carlos Verdoia, había ahorrado, a trueque de muchas renuncias y economías. De este virtuoso misionero se cuenta que, al salir de casa, para visitar algún tambo o para controlar los trabajos del canal o de la finca, se sacaba los zapatos y los colgaba al hombro, con el fin de no gastarlos, exponiéndose así, a las espinas; y, sobre todo, a las culebras que infestan los caminos orientales. Se dice también que, estando en Quito, este mismo Padre, nunca contrataba un taxi para trasladarse del centro a La Magdalena; usaba siempre los transportes públicos; y, cuando faltaban estos, recorría a pie, esos tres kilómetros. En aquella época preconciliar, sin hablar mucho de la Iglesia de los pobres, los Padres misioneros practicaban la pobreza de veras, sacrificando comodidades que ahora, para muchos, constituyen una necesidad.
El Hermano Casimiro, para el transporte de piedras y ripio tenía un mulito, el “Machín”, muy pequeño pero robusto y bastante pícaro, a la vez. A la hora precisa de iniciar el trabajo el mulito no asomaba; se había escondido en lo más intrincado de la selva para que nadie lo viera, de modo que el arriero Sr. Chaleco, pasaba, horas enteras, en su busca. El Sr. Chaleco era un joven que se presentó al Hermano Casimiro para pedirle trabajo, no vestía camisa, tenía sólo pantalón. El Hermano le regaló un chaleco que le sirviera de camisa, de aquí el apodo de “Chaleco”, el único con el que conoció a este joven, cuyo nombre era José Aldás.
¿Cómo llegar?
Se encuentra ubicada en el centro de la ciudad, en la intersección de las calles Juan Montalvo y Juan León Mera.