Historia de Riobamba

Historia de Riobamba

Historia de Riobamba en imágenes

El padre Juan de Velasco expresa que desde 1625 el Rey Felipe IV, le concedió al Cabildo privilegios que hicieron de la Villa de Villar Don Pardo una de las más ilustres de las Indias, dando en esta ocasión el Título de MUY NOBLE Y MUY LEAL, así como el escudo que hoy ostenta. Que Felipe IV autorizó a la villa realizar sus elecciones, sin la venia de la Real Audiencia de Quito, pues era uno de los más florecientes partidos de esta sección de las Indias.

Juan de Velasco explica que el plano de la Villa tenía las formas de un cuerpo sin cabeza, con piernas y brazos abiertos, correspondiendo el centro a las moradas de los españoles y las extremidades a los barrios circunvecinos. Que la Villa tenía una Iglesia mayor, que estaba construida de piedra labrada. Con dos naves, frente a la plaza que ostentaba una fuente. En cuanto a su torre “fue la más alta y mayor obra que en el reino hicieron los españoles”.

En la obra Diccionario geográfico de América publicado en España en 1788, el Coronel Antonio de Alcedo dice sobre Riobamba, la Villa del mismo nombre que nos hace pensar que para esta época había desaparecido la designación de Villa de Villar Don Pardo y que la población tornó a llamarse como Riobamba. Señala su ubicación frente al páramo nevado del Chimborazo que le da un clima álgido, en extremo frío, anotando que la conquistó cuando era poblado indígena el castellano Sebastián de Benalcázar en 1533, y que fue Diego de Almagro quien fundó en 1534, datos que concuerdan con el hecho histórico. Informa como la Villa y sus alrededores poseían muchos obrajes para la elaboración de bayetas, paños y otros tejidos de lana, en especial medias, que vendían en todo el territorio.

En su descripción anota “es población grande y hermosa, las calles regulares, anchas y rectas, los edificios de piedra y cal, la mayor parte bajos por temor a los terremotos.” Existía a la época la Iglesia Mayor y la de San Sebastián, así como los conventos de San Francisco, Santo Domingo. San Agustín y la Merced. Este barrio la Merced, el más linajudo y rico de Riobamba, quedó sepultado bajo el cullca, cerro a cuyos pies estaba instalado, en el terremoto del 4 de febrero de 1797.

En cuanto a los jesuitas es posible que su convento e Iglesia estuvieran erigidos en este barrio o sus entornos, dada su calidad de religiosos amigos de las clases sociales elevada y poderosa en recursos económicos.

Para esta época existían dos monasterios, el de las enclaustradas de la Concepción y de las enceldadas del Carmen, llamado de Santa Teresa de Jesús, a más del hospital de San Juan de Dios, casi abandonado en esos tiempos.

La Villa tenía para ese entonces veinte mil habitantes compuestos de numerosas familias distinguidas pues la mayor parte de las establecidas en Quito derivan su origen de esta villa o están enlazadas con ella porque desde el principio de la conquista se avecinaron y establecieron allí las más lúcidas que fueron de España permanecen como en un lugar solariego, procurando con mucho cuidado no manchar la nobleza por las alianzas que por lo regular se hace entre parientes de los apellidos ilustres de Villaroel, Velasco, Zambrano, Villa Gómez, Flores, Vallejo, Dávalos, Villavicencio etc.

Pedro Vicente Maldonado, el sabio riobambeño, pedía al Monarca le concediera a la Villa el título de ciudad. En el año de 1745 expresa que era mucho más adelantada en edificios y alcurnia que sus vecinos y que tantas otras de España, pues aparte de su progreso material, estos moradores ostentaban títulos en las órdenes laicas exclusivas de la Península”
 

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