Ideales
Conspira activamente con los patriotas limeños y espía para ellos. De noche, vestida con sayo y manto, a veces de hombre, coloca proclamas revolucionarias en las paredes de las casas, desafiando a la autoridad del virrey y burlando a los guardias enviados para capturarla. El 28 de julio de 1821, cuando se declara la independencia de Perú participó de lleno en todo el proceso.
Desembarcado el Ejército Libertador del Sur al mando de San Martín en Perú, Manuela trabaja para él, se convierte en su amiga, confidente, colaboradora, por los servicios prestados a la causa patriota, la condecoran con la Orden de Caballeresa del Sol y San Martín le encarga ultimar los preparativos para la reunión que mantendrá con Bolívar en Guayaquil.
Historia
Manuela Sáenz es sin duda uno de los personajes más interesantes de las guerras de independencia de América del Sur. Según sus detractores, su relación con Simón Bolívar opaca sus propios méritos personales, como una de las grandes defensoras de la independencia de los países sudamericanos y como una de las más destacadas y avanzadas defensoras de los derechos de la mujer. Solo en la mitad del siglo XX, gracias al revisionismo histórico, aparecieron biografías y ensayos en los que se empezó a reivindicar su papel como líder en la gesta libertadora de lo que hoy son Ecuador, Colombia y Perú.
Relación con Bolívar
El 16 de junio de 1822, Manuela y Bolívar se encuentran por primera vez y partir de esa noche sus vidas y destinos se encadenan para siempre.
Se traslada con Bolívar al Perú y se convierte en uno de sus secretarios más allegados. En los años que siguieron, Manuela se cuenta dentro del ejército que lucha por la libertad. En esta época escandalizaba a todos, cuando utilizaba uniforme de soldado para ir a las campañas. Sigue a Bolívar en su campaña libertadora. Por el coraje demostrado en combate, la ascienden a capitán en Junín y a coronel en Ayacucho, por pedido expreso de los oficiales del Libertador y de la tropa.
En Bolivia conoce a Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, y nace entre ambos una profunda y entrañable amistad. Por ser realmente creyente de la causa, también recelosa, valiente, curiosa y mujer de armas tomar pudo salvarle la vida a su amante en dos ocasiones durante el año de 1828, a raíz de lo cual se le conoce como Libertadora del Libertador.
Muy enfermo Bolívar, renunció al mando supremo y decidió marcharse de Bogotá. Manuela se negó a acompañarlo y solo se comunicaban por recados o cartas. El 17 de diciembre de 1830, la vida del Libertador se apagó.
Destierro y muerte
Tras la muerte de Bolívar fue desterrada a Jamaica y, más tarde, a Perú. En el pequeño puerto de Paita cercano a la frontera con Ecuador.
Allí murió el 23 de noviembre de 1856, a las seis de la tarde, durante una epidemia de difteria. Sus restos son arrojados a una fosa común. Su casa y cosas quemadas. El general Antonio de la Guerra logra salvar el baúl donde Manuela guardaba sus tesoros más preciados: cartas, diarios, su traje de coronel, su espada, pistolas y la orden de Caballeresa de Sol.
A la muerte del general, los documentos son entregados al gobierno colombiano quien decide que las cartas íntimas, diarios y documentos de Manuela y Bolívar, permanezcan ocultos. Durante la guerra chileno-peruana, un incendio destruyó la partida de defunción de Manuela. Se perdió todo indicio de la fosa común donde fue enterrada. Pero Manuela, aun muerta, da batalla.
En agosto de 1988 se encontraron sus restos en el cementerio de Paita, fueron identificados y llevados para siempre junto a los del Libertador Simón Bolívar.
Lugares para aprender sobre Manuela Sáenz
En un recorrido por la casa-museo se puede conocer la vida de la heroína quiteña entrelazada con los grandes héroes de la independencia, Bolívar y Sucre. Leer más
Se encuentra un busto en el Salón de Armas del Templo de la Patria y una urna con los restos simbólicos de Manuela Sáenz traídos desde Paita, Perú. Leer más