Manuel Chili, también conocido por el nombre artístico de Caspicara, fue un afamado escultor y tallador indígena perteneciente a la Escuela Quiteña.
Manuel Chilli, más conocido como Caspicara, nació entre 1720 y 1725; fue un notable escultor durante la época colonial. Fue un ícono artístico de la “Escuela Quiteña”, la misma que nació en la Escuela de Artes y Oficios San Juan Evangelista fundada en 1551 por los sacerdotes franciscanos Fray Jodoco Ricke y Fray Pedro Gocial. “La Escuela Quiteña se la debe entender como el período de producción artística comprendido entre los siglos XVI y XIX, siendo el siglo XVIII el “Siglo de Oro” debido a la alta calidad de obras producidas, así como el aparecimiento de talentosos artistas”. (Museo Fray Pedro Gocial, 2014).
La obra de Caspicara se enmarca claramente dentro de la Escuela de Quito del siglo XVIII. Se reconoce la influencia de Bernardo de Legarda y Diego de Robles, en cuyos talleres trabajó durante su juventud.
Siempre utilizó los motivos religiosos y fue uno de los más grandes exponentes de la madera policromada, siguiendo las formas y estilos propios de la escuela castellana del barroco español.
Como muchos artistas de la época, mezclaban rasgos indígenas y europeos en sus personajes. En algunos, se advierte la piel oscura mientras que los son ojos azules y tienen barba.
Toda su obra se enfocó en los motivos religiosos, siendo de particular atención sus cristos, vírgenes y retablos. De hecho, son sus representaciones de Cristo Crucificado las que extendieron su fama por el imperio, pues llamaban la atención por la representación tan realista, no solo de llagas y heridas, sino del dolor en el rostro de Jesús.
Fue el primer y único de los artistas coloniales que realizó desnudos y uno de los pocos que hizo esculturas grupales; sus miniaturas son un alarde de virtuosismo.
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