La iglesia del Carmen Bajo o Moderno, según consta en los libros del monasterio, fue abierta en 1745.
En el retablo principal de su altar mayor destaca la Virgen del Carmen, tallada por una de las pocas mujeres reconocidas como artistas en la época colonial quiteña: la madre María Magdalena Dávalos y Larráspuro, que al tomar los hábitos se llamó sor María Estefanía de San José.
Entre la valiosa herencia de este grupo monumental figura el famoso Belén, compuesto por un gran número de figuras de barro esmaltado. Este excepcional conjunto muestra cómo era la arquitectura del momento y refleja con fidelidad la vida de las distintas clases sociales y oficios en el Quito colonial.
Las monjas carmelitas ya se habían instalado en la provincia ecuatoriana de Latacunga durante el siglo XVI, pero el devastador terremoto de 1698 las hizo emigrar a la capital de la Real Audiencia de Quito.
Desde el comienzo de su instalación en Quito, el Carmen Moderno o Carmen Bajo recibió como novicias a las hijas de las más ilustres familias de esa ciudad y de otra muy importante en Ecuador: Riobamba.
Ya en 1706 estaban levantados los claustros. Influyeron en su estructura arquitectónica dos factores: la localización del monasterio y el que todo el conjunto se hubiera construido a medida que se fueron comprando las casas de sus alrededores. Pese a sus reducidas dimensiones, los dos tramos de claustros conservan una gran armonía, apreciable asimismo en las dos salas capitulares y en la sencilla y hermosa fachada. Son elementos fundamentales de esta última las puertas de madera, donde muchos expertos encuentran trazos moriscos e indígenas.
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Duración sugerida: 1 a 2 horas
Dirección: Calles Venezuela y Olmedo., Centro de Quito - Quito
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