Es una multitudinaria romería de tres días que se realiza cada 15 de agosto desde su santuario El Cisne hasta Loja, es una de las más grandes de América
Mucha devoción, peregrinaciones, largas caminatas, celebraciones religiosas: nada es sacrificio cuando se trata de acompañar a la Virgen del Cisne en el recorrido hacia Loja.
Sus devotos preparan sus corazones semanas antes para honrar a la Virgen, una de las advocaciones marianas más famosas de Ecuador y fuertemente venerada en el mes de agosto.
Todo es poco cuando la fe es grande.
El templo de la Catedral de Loja, año tras año, se hace pequeño para recibir a la gran cantidad de católicos que quieren acompañar a la ‘Churona’, y la plaza central de la ciudad sureña se transforma en un segundo templo al aire libre.
Se realiza cada 17 de agosto, cuando la madre de los Lojanos emprende un largo periplo desde su santuario hasta la catedral de la capital provincial de Loja y se queda ahí hasta el 1 de noviembre.
Nadie quiere perderse de saludar a la responsable de muchos milagros, unos la aplauden, otros la llevan en sus hombros, unos le lanzan pétalos de rosa, pero todos la aman.
La imagen hace su primer alto en la hacienda "San Pedro", donde el servicio religioso ofrecido renueva la fe y repara las fuerzas del cuerpo, necesarias para continuar el viaje hasta "San Pedro La Bendita", el segundo alto. En cada parada la Virgen es cambiada de ropa.
Junto a la ruta espera Monterrey, el ingenio azucarero donde nuevas plegarias se suman a las miles de peticiones y gracias solicitadas a la Virgen. Otra misa con los que siguen la más grande romería de América, permite seguir acrecentando la devoción por lo realizado y por lo que aún les depara el camino. Al llegar a La Toma, donde la alegría se trastoca en fiesta, el júbilo depara para los asistentes unas jornadas preparadas durante un año para rendir culto a la soberana de sus corazones. Al salir de La Toma, nuevamente la Virgen es cambiada de ropa y se realiza otro servicio religioso de rigor, con el que están más cerca de la capital provincial. La imagen de la Virgen del Cisne ingresa a Loja la tarde del 20 de agosto para presidir la gran festividad religiosa, comercial y agrícola que desde 1824 se realiza el 8 de septiembre, según lo dispuso el Libertador Simón Bolívar en su visita a Loja en octubre de 1822 y que fue ratificado después mediante un Decreto Supremo de julio 1829
Una vez en Loja, la Virgen es colocada sobre el altar mayor de la Catedral, hasta el 1 de noviembre, cuando sea llevada nuevamente a su santuario en el Cisne.
Fotografía | Comprar souvenirs
¡Suscríbete para recibir noticias sobre turismo y ofertas exclusivas!
Servicios