Historia del Cantón Loja

La primera fundación de Loja con el nombre de La Zarza fue en el Valle de Catamayo, territorio atravesado por el camino que conducía de Quito al Cuzco; el traslado de la primitiva ciudad al Valle de Cusibamba se dio en 1548, por las bondades de su terreno y clima. Para confirmar que la ciudad bautizada con el nombre de “Inmaculada Concepción de Loja” fue establecida como definitiva, existe un documento suscrito por Juan de Salinas, compañero inseparable del Capitán Alonso de Mercadillo, su fundador, que dice:

“Poblase la dicha ciudad de Loja, al principio del año cuarenta y siete en el valle que es dicho Cangochamba o Garrochamba y por ser tierra caliente y poco fértil, se mudó (al año siguiente) y reedificó en el Valle de Cusibamba donde ahora está. ... La traza de dicha ciudad es muy buena, porque va en cuadra formando la plaza de la cual salen las calles muy derechas y anchurosas de más de treinta pies, las más largas corren de norte a sur... Ya está dicho que la ciudad es pequeña, pero tiene partes y fertilidad de asiento y tierra para ir en gran aumento y así los solares dados en dicha traza se cree serán hasta doscientos... Al tiempo que se pobló dicha ciudad, el capital que la pobló y el Cabildo después de formado, repartieron los solares para que hiciesen casas con los que se avecindaron y tierras para sembrar... Hay además en la dicha ciudad edificados dos monasterios en Santo Domingo y San Francisco, los cuales se comenzaron desde que se trazo la dicha ciudad y se les señalaron sitios y cuadras para ello.”

En el Diccionario de las Indias Occidentales se hace alusión al clima benigno y a la gran fertilidad de las tierras del Valle de Cusibamba con gran variedad de granos y frutos, abundantes pastos para la crianza de ganado y la gran cantidad de “cochinilla”, para la coloración de tejidos. Indica que la mayor riqueza de Loja está en la “quina” que no existe en otro lugar y cuyos poderes para bajar la fiebre ya eran conocidos por nuestros aborígenes. 

Pío Jaramillo Alvarado en su obra “Crónicas y documentos al margen de la Historia de Loja y su Provincia” menciona que la ciudad de Loja se constituyó en la fortaleza y el auxilio más poderoso para que la Presidencia de Quito pueda verificar su expansión hacia la región oriental.

Muchos son los documentos que describen el nacimiento de la altiva Loja, ciudad mestiza enclavada en los Andes, que aún mantiene añejas costumbres y ricas tradiciones; rincón ecológico con ríos, montañas, paisajes, parques y jardines incomparables; ciudad culta, artística y musical por excelencia, en cuyos Centros Educativos se han formado lojanos y lojanas ilustres, cuyos nombres han dado gloria a la nación ecuatoriana en los más diversos ámbitos de la cultura.
 

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