Solano es un pueblo altivo, valiente y luchador, esta adornada por la belleza natural de sus esbeltos bosques, y de muchos productos que cultivan sus hijos.
Solano es un pueblo altivo, valiente y luchador, está adornada por la belleza natural de sus esbeltos bosques, y de muchos productos que cultivan sus hijos. Los terrenos no son muy aptos para la agricultura, pues no existen ríos o arroyos, encontrándose algunas vertientes de agua que abastecen a la parroquia a excepción de Sitincay y Yolón que son bañados por el Río Déleg.
Pero cuenta con atractivos turísticos con hermosos panoramas en sus comunidades, entre la que más se destaca es el admirable cerro de Pachamama, sitio histórico y cultural, además las lagunas de Jacarín y Guabizhún. También la Iglesia Parroquial construida de adobe y bareheque y con una bella pintura en sus paredes.
Se encuentra ubicado geográficamente en la parte Sur-Occidental de La Provincia del Cañar y al sur del Cantón Déleg.
Solano, la única parroquia de Déleg, fue creada el 13 de junio del año 1916.
Su agradable clima templado, con temperatura promedio de 21º C, con ligeras variaciones en distintas épocas del año.
El complejo arqueológico incluye numerosas construcciones de casa, templos, plazas, altares, así como caminos empedrados y decenas de basamentos de viviendas y tumbas.
La laguna se caracteriza por poseer una vegetación exclusivamente herbácea. La única entrada es por el lado de la provincia del Azuay. La mitad de la laguna pertenece a dicha provincia y la otra mitad a la provincia del Cañar.
En el año 1760, el señor Mariano Mendieta, hombre católico, piadoso y con un gran amor a Dios, vivía en el caserío que hoy se conoce con el nombre de Parroquia Solano, propietario de los terrenos que está situada la plaza central de esta parroquia.
De edad muy avanzada viaja a la ciudad de Cuenca, al llegar a la orilla del Río Machángara, como no existía puente para cruzar, buscaba un sitio menos caudaloso para pasar el río, en esas circunstancias se fija en un pequeño paquete abandonado entre las rocas, recoge y lo desempaca, ¡sorpresa!, era una hermosa imagen que representaba al mártir "San Sebastián", según versiones pertenece a la época de la Real Audiencia de Quito, que los soldados españoles cargaban consigo que se supone que por olvido abandonaron.
Lleno de gran gozo, Don Mariano Mendieta vuelve a su hogar, ubicando la imagen en el sitio preferido de su habitación, e invita a sus familiares y amigos a que sean partícipes de su alegría, llegando a tener tanto afecto que lo nombró su heredero, eligiendo un retazo de terreno que él poseía, con la advertencia de que nadie podría tocar ese terreno, se denominó desde ese entonces "Tierra del Santo", la imagen y el terreno del Santo fueron respetadas como cosa sagrada.
No existe dato alguno de la fecha del fallecimiento de Don Mariano Mendieta, quien fue el gestor para que la imagen permaneciera en este sitio.
Caminata | Fotografía