Historia de Tungurahua

Historia de Tungurahua en imágenes

La Ley de División Territorial de Colombia del 25 de junio de 1824, la designó cantón de la provincia de Chimborazo, condición que mantuvo hasta el 3 de julio de 1860 en que se creó la provincia de Ambato, que al año siguiente fue bautizada definitivamente con el nombre del volcán que la caracteriza -Tungurahua-. Se designó entonces a la ciudad de Ambato como su capital.

Ambato fue erigida en cantón de acuerdo con la Ley de División Territorial de Colombia del 25 de junio de 1824, expedida por el Gral. Francisco de Paula Santander, el mismo que está integrado por las parroquias rurales Ambatillo, Atahualpa (Chipzalata), Augusto N. Martínez (Mundugleo), Cunchibamba, Constantino Fernández (Cullitagua), Huachi Grande, Izamba, Juan Benigno Vela, Montalvo, Pasa, Picaigua, Pilahuín, Quisapincha, San Bartolomé, San Fernando, Santa Rosa, Totoras (Tránsito) y Unamuncho.

El territorio de la Provincia de Tungurahua, en tiempos pre-históricos, fue asiento de la cultura aborigen Panzaleo en sus fases I, II y III, a la que Jacinto Jijón y Caamaño atribuye una antigüedad de 2.000 años (500 a.C. a 1500 d.C.). Se admite la identidad con la cultura Cosanga-Píllaro en sus fases III y IV (700 d.C. a 1500 d.C), como señala Pedro Porras Garcés.

Antes de la conquista de los españoles, las tierras que conforman esta provincia estuvieron habitadas por los altivos Hambatus, pueblo independiente que a su vez estaba dividido en cuatro tribus: Quisapinchas, Yzambas, Guachis y Píllaros; y aunque no existieron en su territorio ciudades muy populosas, éste se caracterizó por su riqueza agrícola y la benignidad de su clima.

Una vez consolidada la conquista y fundada la ciudad de Quito en 1534, las tierras de Tungurahua atrajeron muy pronto la atención de los españoles por la fertilidad del suelo y la benignidad del clima. A través del sistema de encomiendas, fueron estableciéndose asentamientos de carácter agrícola e industrial, generalmente en los sitios ocupados por los indígenas. Hacia 1539 se inició la fundación de Ambato, Mocha y Baños. Antonio Clavijo, a partir de 1570, se ocupó durante cinco años de la fundación y organización de los asentamientos de Mocha, Píllaro, Pelileo, Patate, Quero y Tisaleo. Con estos mismos nombres, los diferentes grupos indígenas vivieron sometidos a la dominación española. En 1594, el Obispo de Quito, Fray Luís López de Solís erigió la parroquia eclesiástica de Ambato y, de la misma forma, fueron organizándose las demás parroquias con su autoridad y sus libros de registro de bautismos y defunciones.
 

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